“Sigue vivo, sigue volando” destacaba en la cálida noche del sábado, en los programas impresos de de la celebración del 70º aniversario del Club Aéreo de Los Ángeles (CALA) cuenta con 34 socios.
El acto de clausura -realizado en su sede, el hangar ubicado junto al aeródromo María Dolores- contó con la asistencia de autoridades, socios y familiares, el Comité de Damas y como representantes de la Federación Aérea de Chile (Fedach) y de los clubes de Villarrica, Angol, Chillán, Curacaví, Puerto Montt, Parral y Lautaro.
Fundado el 8 de enero de 1943, se resaltó en este evento los 70 años sirviendo a la comunidad. Como lo resaltó su presidente, Jorge Correa Ibáñez, “cualquiera diría por la edad que es un club longevo o derechamente viejo. Me parece que está en pleno crecimiento, que aún tiene mucho que crecer, mucho por recorrer, mucho por volar”.
Luciano Huichalaf, socio honorario, recordó que en su sola hoja de ruta, cuenta con el traslado de 170 enfermos y accidentados, a Concepción y Santiago y así, se suman los servicios realizados en estas siete décadas por muchos socios. Por lo tanto, no es solo la pasión de volar, como hobbie o recreación, sino como aporte ciudadano a la sociedad.
Correa apuntó que “actualmente, esta institución tiene bases sólidas, que hacen pensar en un largo vuelo por realizar. Estas bases se han ido fortaleciendo a través de los años, fruto del trabajo de sus fundadores y socios”.
Recordó la iniciativa del Rotary Club de Los Ángeles, que en 1942 había recibido una nota de la Dirección de Aeronáutica para formar un club aéreo, Pablo Valdovinos fue quien encabezó este proceso organizativo, que culminó con la fundación del club, con el respaldo y reconocimiento del Municipio, incluyendo la revitalización del antiguo proyecto de compra de la cancha El Avellano, donde luego se construyó el primer aeródromo angelino.
El año pasado, informó su presidente, trazaron lineamientos de la Estrategia 20/20, para que ese año 2020 estén mejor, con más y mejores instalaciones, renovación del material aéreo –que está ya efectuando el tesorero Mauricio Robles en Estados Unidos-; seguir con respaldo económico y crecer en número de socios, “pero lo más importante es que queremos hacer club, mejorar la camaradería y saber que tenemos amigos en CALA”.
Se formuló un compromiso de los asistentes, incluyendo las visitas de otros clubes aéreos, de fortalecer la aviación civil chilena, a través de la Fedach y los asociados.
EMOTIVO INSTANTE
En su discurso, el presidente, Jorge Correa Ibáñez, recordó el accidente que sufrió el 12 de diciembre pasado, con emotivas palabras. Recordó que fue en el SLB champion citabria “la joyita del club”. Cuando despegaban, tras un aterrizaje con problemas, ya con tres metros de altura, “nos fuimos a tierra. Fue doloroso, impactante y, después del susto y la desmotivación de ver ese hermoso avión con muchos daños”.
Añadió que un experimentado piloto “que está presente esta noche” lo instó a retomar la confianza y regresar a los vuelos, en particular, porque a él no le cabe dudas que le agrada mucho volar. “Particularmente, a los pilotos presentes, que como yo aman volar, les digo: sigan vivos, sigan volando”.